«Malditos roedores…»

Sultanes

¡MALDITOS ROEDORES!

Atracamos en puerto después de una semana larga de pesquera, sol y lecturas de novelas del oeste de Marcial Lafuente Estefanía. Como siempre, aun estando en tierra llevo el balanceo de la cubierta en mi cabeza, me durará unas horas…

Lo primero que me comunica mi amigo Rafa, que ha venido al puerto a recogerme e invitarme a desayunar, es que, durante estos días en el mar, el campechano Emérito se ha ido de España…

Es más, me muestra la misiva de Campechano al Preparado donde le dice que se las pira.

“Majestad, querido Felipe, con el mismo afán de servicio a España que inspiró mi reinado y ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada, deseo manifestarte mi más absoluta disponibilidad para contribuir a facilitar el ejercicio de tus funciones desde la tranquilidad y el sosiego que requiere tu alta responsabilidad. Mi legado, y mi propia dignidad como persona, así me lo exigen”.

Total, que dice campechano, que los malditos españoles que ven Sálvame y la Sexta Noche, le han obligado a tomar las de Villadiego. Esa execrable repercusión mediática, cotilleos de los don nadies, sobre la vida privada del Emérito, sus comisiones, sus devaneos, sus fundaciones en paraísos fiscales y sus misteriosas donaciones…

Me imagino al campechano como aquel antiguo dibujo animado del gato, con acento andaluz, que siempre era molestado por los malditos roedores

Con lo mucho que este Gato ha hecho por los españoles: Pactar una comisión por barril de petróleo desde 1973 hasta el gobierno de Zapatero, vender el Sahara a su hermano Hasán cuando era una provincia española (el de la unidad de la patria), utilizar los poderes omnímodos de Franco para comprar su título creando una cuenta en Suiza a nombre de su padre con mil millones de las antiguas pesetas, pergeñar un autogolpe para cargarse a un Presidente del Gobierno que ya no le era cómodo, ser el más alto comisionista de todas las grandes obras contratadas en el extranjero por grandes empresas españolas, tener una casa dentro de la finca del Pardo para sus amantes y sobre todo ser el valedor de las dictaduras islámicas que cercenan los derechos de las mujeres (sus hermanos, primos y prestamistas), etc…

Es verdad, los españoles somos esos malditos roedores, ya lo dijo con rigor y mucha ironía el Fénix de los Ingenios:

Juntáronse los ratones

para librarse del gato;

y después de largo rato

de disputas y opiniones,

dijeron que acertarían

en ponerle un cascabel,

que andando el gato con él,

librarse mejor podrían.

 

Salió un ratón barbicano,

colilargo, hociquirromo

y encrespando el grueso lomo,

dijo al senado romano,

después de hablar culto un rato:

– ¿Quién de todos ha de ser

el que se atreva a poner

ese cascabel al gato?

malditos roedores

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